Primer intento: escena del desastre
Mi primera experiencia con el tejido fue un "desastre". Pensé que podría completarlo fácilmente siguiendo el tutorial paso a paso, pero el resultado fue que el ratán estaba demasiado flojo y la canasta estaba deformada, o el nudo falló al final, y todo el trabajo estaba torcido y no tenía un atractivo estético. Después de ver mi "obra maestra", mi colega no pudo evitar burlarse: "¡Esta canasta puede no ser buena para sostener las cosas, pero definitivamente está calificado para divertirse!"
Ajusta tu mentalidad y encuentra habilidades
Después de fallar, decidí calmarme y estudiar el problema. Resultó que la fuerza debería ser incluso cuando el tejido, el ratán necesita ser empapado y suavizado por adelantado, y es más paciente ajustar al cerrar. Así que lo intenté nuevamente y pregunté a colegas de la compañía que son buenos en el trabajo manual. Bajo su guía, finalmente dominé las habilidades básicas de tejido, como cómo arreglar el fondo y cómo hacer que los bordes sean más nítidos.
Momento exitoso: la primera canasta decente
¡Después de muchas prácticas, mi tercer trabajo finalmente tuvo la forma de una canasta! Aunque no es perfecto, al menos puede mantenerse constantemente y puede decorarse con objetos pequeños. La sensación de logro en ese momento me hizo olvidar instantáneamente los contratiempos anteriores. Lo que me sorprendió aún más fue que mis colegas elogiaron mi progreso uno tras otro. Incluso ahora, algunas personas me piden consejos sobre técnicas de tejer y cómo tejer más bellamente.
Resumen y experiencia
Esta experiencia de aprendizaje en Cesta Me hizo entender que el fracaso no es terrible. La clave es aprender de él. El tejido a mano no solo entrenó mi paciencia, sino que también me hizo apreciar la diversión de "trabajo lento y buen trabajo". Ahora, cada vez que veo las canastas que tejí, pensaré en este viaje desde el fracaso hasta el éxito. Me hace creer que mientras estés dispuesto a perseverar, puedes dominar lentamente incluso las cosas más difíciles.
Tus necesidades que hacemos, tu voz que escuchamos, para tejer tu belleza.